Greg Glassman
Traducido del articulo
"Professional Training" escrito por Greg Glassman y publicado por
primera vez en el CrossFit Journal Issue 41 - January 2006 (para ver el
original seguir este enlace:
http://library.crossfit.com/free/pdf/41_06_Prof_Training.pdf). Para comentarios
sobre la traducción escribir a entrenocruzado@gmail.com
"Soy un entrenador. Mi labor es más que un trabajo; es mi pasión. Mis clientes son mi prioridad y su éxito es el trabajo de mi vida. Soy un profesional.
En apariencia, mi trabajo es guiar a mis atletas (todos son atletas para mi al margen de su edad o habilidad) hacia su máxima capacidad física, pero veo un propósito en mis esfuerzos y un impacto en sus vidas que trasciende lo físico. Veo el entreno como una metáfora para adquirir hábitos y actitudes que impulsan al éxito en otros campos. Remarco este aspecto a todos los que entrenan conmigo, y quedo satisfecho solo cuando me devuelven ejemplos concretos que demuestran que han entendido esta transferencia.
Las lecciones aprendidas a través del entreno físico son inamovibles. Los rasgos del carácter requeridos y forjados a través del entreno físico son universalmente aplicables a cualquier esfuerzo. Perseverancia, diligencia, auto-sacrificio, autocontrol, integridad, honestidad y capacidad de compromiso son cualidades más fácilmente aprendidas, mejor aprendidas en el gimnasio. Incluso atletas que han tenido un éxito espectacular en los negocios, el deporte, la guerra o el amor encuentran sus valores más importantes reforzados, refinados y nutridos por el entreno riguroso.
Siendo un profesional, creo que mi capacidad está determinada solo por
mi eficacia. Mis métodos deben ser los mejores. Las modas y tendencias del
fitness son distracciones, no atracciones. Mis métodos poco convencionales,
posiblemente criticados y únicos respecto a la generalidad, reflejan los
márgenes de mi propia capacidad, que intento expandir una y otra vez. Un
entrenador que busca la aprobación popular persigue la mediocridad o algo peor.
Comprometido con la eficacia sin rival, frecuentemente he tenido que
desarrollar nuevas herramientas y métodos. Esto no puede hacerse sin estudio y
experimentación; consecuentemente, mucho de mi trabajo se hace, no en el
gimnasio, sino rebuscando en libros y publicaciones científicas, y en el
intercambio de información con otros atletas y entrenadores.
Mi
capacidad está determinada por mi eficacia, que está determinada por el
rendimiento de mis atletas, rendimiento que debe ser medido y cuantificado. La
competición, las pruebas y la recogida de datos de rendimiento me permiten ser
consciente de la diferencia entre simplemente sentir que las cosas van bien y ser
realmente bueno en lo que hago.
Mi
compromiso con mis atletas se expresa claramente y se percibe desde nuestro
primer encuentro. Todo mi mundo son ellos. Son el centro de mi atención.
Vuelven, no por mi capacidad como atleta, sino porque creen en mi capacidad para
desarrollar la suya. Raramente los atletas olímpicos se convierten en
entrenadores olímpicos.
Entiendo
que la moderna y prácticamente universal tendencia en el mundo del
entrenamiento de programar poco o nada lleva a resultados escasos y convierte a
los entrenadores en animadoras. Tengo que entender la mecánica, las claves y la
técnica de movimientos complejos para ser capaz de enseñárselos a otros. Tengo que
desarrollar un conjunto de habilidades que sorprenda a otros entrenadores.
Mantenerme
a la altura del progreso de mis atletas me exige redefinir y avanzar en mi
conocimiento de los movimientos técnicos. Si los atletas no están poniendo a
prueba los límites del conocimiento del entrenador, es que no está haciendo un
trabajo suficientemente bueno con ellos. El maestro ambiciona, se siente
orgulloso, de tener estudiantes que exceden sus conocimientos, pero intenta
mantenerse por delante de las necesidades del alumno en lugar de limitar su
desarrollo.
Porque
quiero que la experiencia de entreno de mis atletas trascienda el campo de lo
físico, me siento obligado a conocer y entender su trabajo, sus aficiones, sus
familias, sus metas. Motivar a mis atletas a trascender los límites de su
condición física requiere que me involucre en sus vidas. Esto no va a ser
posible a no ser que me interese en ellos y ellos sientan interés por mi.
Soy
un lector voraz de libros sobre entrenamiento y publicaciones científicas; nunca
me quedaré corto de ideas y conocimientos para compartir.
Me
encontrarás en las cenas de mis atletas, en sus bodas, en sus celebraciones. También
en los momentos difíciles. Este es un aspecto muy gratificante y me recompensa emocionalmente,
porque soy parte de la vida de mis atletas y la vida está llena de alegrías,
tristezas y esperanzas compartidas.
Nuestra
amistad, nuestra diversión, nuestra relación, es proporcional a la magnitud del
impacto en su condición física y al mérito de mis técnicas como entrenador, que
mis atletas valoran enormemente. En agradecimiento ellos hacen el marketing. No
hago publicidad, ni promociones, ni aplico avanzadas técnicas de marketing. Solo
entrenamos, muy, muy, muy bien. Sus resultados son mi publicidad. Cuantos más
atletas tengo a mi cargo, más vienen. No tengo tiempo para hacer publicidad;
estoy demasiado ocupado con los entrenos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario